LAS VEGAS.- La pelea en la que el estadounidense Floyd Mayweather Jr. defendió sus títulos mundiales welter del Consejo (CMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la corona superwelter del CMB podrá ser usada de ejemplo. Principalmente, de ese refrán cinematográfico que reza: “las segundas partes, nunca son buenas”. La revancha quedó muy postergada de aquel primer combate que protagonizaron en mayo. “Esta vez sí gané bien, si a los jueces le gusta ver correlones como Floyd está bien”, dijo con poco convencimiento Marcos Maidana, el retador vencido. Lejos estuvo del boxeador que salió desde el primer round a presionar al invicto estadounidense en la ocasión que lo venció y esta vez, por el contrario, el “Chino” estuvo a la espera.
En un combate áspero, el campeón vigente se impuso por puntos en decisión unánime (115-112, 116-111 y 116-11). Si bien a nadie le gusta ver cómo un boxeador se escapa corriendo en el ring, los jueces no tenían mucho que evaluar, más que esa actitud de correlón que calificó Maidana, quien tampoco entregó demasiado. El combate terminó envuelto en polémica por una presunta mordedura de Maidana al guante izquierdo de Mayweather en el octavo round.
“Es un rival duro, fue un combate diferente, pero esta vez le hice caso a mi padre y desarrollé la pelea que él me pidió”, afirmó el campeón. Por último, Maidana, en su noche menos soñada, evitó hablar acerca del futuro. “Ahora no pienso en la próxima pelea, ya me dan ganas de irme para mi casa”, reconoció. Una sensación que todos en el MGM de Las Vegas tenían. (DyN-Especial)